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Antioxidantes y Prevención del Cáncer

Recientemente, la palabra antioxidante se ha vuelto tan familiar en varios productos comerciales, anuncios farmacéuticos y campañas de promoción de la salud. Los antioxidantes son las moléculas que pueden inhibir la oxidación de otras moléculas. La oxidación es un tipo de reacción química que transfiere electrones o hidrógeno de una sustancia a un agente oxidante. Las reacciones de oxidación pueden producir radicales libres. Los radicales libres son los iones, átomos o moléculas que tienen electrones de valencia no apareados o una capa de electrones abierta. Estos radicales libres solo se estabilizarán si obtienen su par de electrones designado. Si estos radicales inestables deambulan libremente en el cuerpo humano, dañan las células y los tejidos, incluido el ADN, al realizar algunas reacciones en cadena. Posteriormente, el cuerpo comenzará a funcionar mal y se degenerará. Algunas razones comunes para formar radicales libres son el tabaquismo, la contaminación y la exposición a la luz solar. Los antioxidantes son las sustancias que se unen a los radicales libres inestables. Una vez que estos radicales libres se estabilizan, los estragos que ocurren en el cuerpo humano terminan.

En trabajos de laboratorio recientes se ha observado que los antioxidantes pueden prevenir el cáncer. El cáncer se desarrolla cuando las células se multiplican en presencia de oxidación y otros daños. Los antioxidantes disminuyen el daño oxidativo e inhiben el crecimiento temprano del cáncer benigno, evitando que se desarrolle el cáncer.

En algunos trabajos de investigación se ha demostrado que ciertas sustancias antioxidantes como la vitamina C pueden diferenciar entre las células cancerosas y las células sanas. Matan las células cancerosas mientras ayudan a las células sanas. Este tipo de sustancias pueden actuar como antioxidantes o prooxidantes. En las células sanas, actúan como antioxidantes protectores y en las células cancerosas actúan como prooxidantes, produciendo peróxido de hidrógeno que ataca el cáncer. La naturaleza dual de estas sustancias es impresionante porque la quimioterapia tradicional o la radiación dañan a las células sanas casi tanto como a las células cancerosas.

Para una protección significativa contra el cáncer, se deben incluir al menos dos alimentos ricos en antioxidantes en cada comida.

Para el desayuno, las personas pueden incluir frutas y nueces con su cereal favorito. Las frutas como los arándanos, las fresas, las moras, las uvas y los higos son excelentes fuentes de antioxidantes. En la categoría de nueces se incluyen nueces, nueces, almendras y anacardos.

· En el almuerzo, se deben incluir vegetales de color verde oscuro, ya que contienen diferentes grupos de propiedades de lucha contra el cáncer que proporcionan una gama más amplia de protección. Además de las verduras de color verde oscuro, la lechuga, el brócoli, el repollo y la coliflor son hermosas fuentes de antioxidantes.

· En la cena, aquellos que prefieren tomar algo ligero pueden tomar una ensalada de vegetales que incluye zanahorias y tomates, ya que estos dos vegetales son ricos en antioxidantes. Las personas que toman un menú regular en su cena también pueden incluir esta ensalada de verduras con otras regulares.

Aquellos a quienes les gusta tomar té pueden tomar té verde. El té verde es una muy buena fuente de antioxidantes. Uno debe consumir 3 tazas de té verde todos los días. El té verde sin azúcar es más efectivo para proteger el cáncer.

Una excelente opción durante algún tiempo es el jugo de vegetales frescos que contiene lechuga, espinacas, zanahoria y remolacha roja. Se puede agregar manzana para amplificar el sabor. Pero las manzanas deben usarse con sus pieles ricas en antioxidantes.

Aunque la palabra antioxidante es un poco difícil de pronunciar, pero las fuentes alimenticias son muy fáciles y disponibles. Un poco de conciencia en el caso de elegir el menú de comida puede salvarnos del cáncer.

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